19 de diciembre de 2007

Ojalá las cosas fuesen tan sencillas de decir o de sacarlas de la cabeza como cuando las escribo en un papel donde sólo yo puedo leerlas.
Quizá es que no me guste complicarme, quizá es que tenga miedo de desnudar el alma hecha jirones que me condena a noches eternas de frío y soledad.

1 comentario:

Morgana dijo...

Siempre es mucho más difícil ver nuestros pensamientos fuera de nuestra mente, pues en la mayoría de ocasiones lo dulce no lo es tanto, y lo fuerte y duro lo es mucho más.