28 de abril de 2009

80 días de viaje submarino

Capital de las especias mágicas; una señal de tráfico en la ruta 66; la brisa marina en un frío día de invierno recordándote que pronto llegarán los buenos momentos; la botica de los buenos remedios de los alquimistas de la felicidad; el paraíso de los soñadores; el viaje hacia la libertad sobre dos ruedas; el aire fresco del primer día de primavera que llena tus pulmones de esa sensación de satisfacción de las cosas bien hechas; la vida en 35 mm; el olor de las velas recién apagadas de una tarta de cumpleaños; todos los deseos esparcidos en un lugar de la Tierra; el oasis en medio del desierto; la coincidencia hecha casualidad a conciencia; el edén de los hippies; la iluminación de Buda; los placeres banales de la vida elevados a la máxima potencia...

1 comentario:

Mario Larrá dijo...

O mejor dicho, LSD.

Que no.