14 de mayo de 2009

Capítulo 2. Parecía feliz

La música demasiado alta para un baile corto, las persianas echadas para un viaje demasiado largo, la puerta abierta para poder echar a correr, susurros que me gritan que pare, tantos cuentos que contar antes de irse a dormir, café frío para el pedregoso camino...

Su sonrisa derritiéndose en un poco cálido día de otoño mientras la suave luz que iluminaba la habitación se apagaba con cada nota de aquella vieja canción que antaño tantas veces sonó.

Los relojes quebraron en pedazos el sueño y la felicidad, arrastrándoles a realidades distintas en las que dejaron de acordarse de los abrazos y los buenos momentos. Nuevas historias que se amontonaban en aquella piedra empeñada en resistir todo el peso sin ni siquiera inmutarse.

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