… y ella triste y desdichada comprendió finalmente que también le amaba, pero era demasiado tarde y su amor ya había desaparecido entre la niebla y se había ido con el viento…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
En sus momentos de lucidez los locos son sorprendentes
No hay comentarios:
Publicar un comentario