El alcohol recorriendo mi seca garganta, nublando mis sentidos, confundiéndolos y liberando mi imaginación hasta límites insospechados. Cierro los ojos y entro en un estado de inconsciencia controlada en el que doy rienda suelta a mis fantasías más recónditas. Sólo las náuseas me devuelven al mundo real y aburrido que me rodea...
El hombre de hojalata y jarabe de arce. No podía pensar en nada más. Pobre Dorothy, la compadecía más que a ningún otro ser que conociese.
Plantada en medio de la nada esperaba una respuesta que no quería oír. Incapaz de moverme, incapaz de sentir otra cosa que no fuese miedo. Rompiéndome por dentro como un vaso que se deja caer deliberadamente al suelo. Pero eso no era lo que importaba, hay que pensar en no conformarse, hay que saltar al próximo sueño...
A medida que pasan los días y el momento se acerca siento más ganas de desaparecer, de evaporarme de una vez por todas y no tener que pasar por esto de nuevo... despierta! Todo es un sueño y nada es real... Estás curada, no tienes ninguna enfermedad, no tienes de qué preocuparte, estás a salvo aquí, en el reino de los cielos...
Live fast, die young!
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